Gala Salvador Dalí. Una habitación propia en Púbol
Elena Ivánovna Diákonova, más conocida por Gala, es la protagonista de la nueva exposición del Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC). La muestra podrá visitarse hasta el 14 de octubre de 2018. Una oportunidad única para descubrir al personaje de la mano de Estrella de Diego, gran estudiosa de su figura.
Gala nace en Kazan (Rusia) y vive sus primeros años en Moscú. En el sanatorio para tuberculosos de Clavadel (Suiza) conoce al poeta Paul Éluard, con el que se promete. La I Guerra Mundial los separa tres años hasta que, en 1917, la joven atraviesa media Europa en guerra para casarse. Este episodio poco conocido nos demuestra el arrojo y decisión que prendaron a Dalí.
Éluard y ella pasan largos años en París, rodeados de artistas de la talla de Max Ernst, con el que Gala mantiene una relación. En París beben de las fuentes del movimiento surrealista y la obra literaria de ambos a veces se confunde. Las cartas al esposo demuestran refinamiento y gran bagaje lector. ¿Pueden algunos escritos de Éluard pertenecer a la que fuera su mujer? También en La vida secreta de Salvador Dalí existen dudas acerca del cambio de estilo en ciertas páginas, con una sensibilidad más cercana a las epístolas de Gala.
En 1929, Dalí invita al matrimonio Éluard a Portlligat. Cuando Salvador conoce a la fascinante rusa sabe que ha encontrado lo que necesita para realizarse. Su Gradiva, su heroína, su victoria, su esposa, como él dirá. No se separarán jamás.
La exposición se desmarca de los prejuicios sobre la mujer de Dalí, alimentados por los comentarios de Breton y otros detractores, que le confirieron una imagen de manipuladora y ambiciosa. La comisaria nos adentra en la faceta creadora de la compañera del genio, la dandi, coautora de muchas de las obras de su marido, y por tanto, merecedora de la firma conjunta, aunque no siempre perceptible. Precisamente, el desconocimiento de este hecho puso al descubierto numerosas falsificaciones que de otro modo hubieran pasado por auténticas.
Gala, la artista
Cuando Dalí se unió a su musa, esta tenía diez años más que él. Era una mujer de treinta y cinco que había vivido mucho y tenía una larga trayectoria en los círculos artísticos. Dalí sabía que precisaba de orientación, de un pilar en su vida y obra. La Gala que se aprovechó del genio fue en realidad la mujer que le ayudó a alcanzar las cimas del Arte. Como señora del castillo de Púbol, que Dalí le regaló en 1968, ella presentó al mundo su propia obra mediante la decoración, los objetos, su contribución a la moda… Púbol alberga su esencia. En sus dominios particulares, Dalí solo podía visitarla si no era con una invitación escrita. Cierto que recibía a sus amantes, algo que sus críticos reprocharían, pero los códigos de la pareja eran la base de su solidez y prolífica carrera. Allí sería enterrada en 1982.

Camisa de estilo marinero con la que fue retratada por Dalí en diversas ocasiones.

Salvador Dalí. Dalí de espaldas pintando a Gala de espaldas eternizada por seis córneas virtuales provisionalmente reflejadas en seis espejos verdaderos, 1972-1973. Fundació Gala-Salvador Dalí, Figueres. © Salvador Dalí, Fundació GalaSalvador Dalí, VEGAP, Barcelona, 2018.

Vestuario que incluye prendas diseñadas por Salvador Dalí y de grandes firmas como el abrigo de Christian Dior o la chaquetilla de Elsa Schiaparelli.
Dalí y Gala trabajaban mano a mano en la creación de su universo particular. Las series fotográficas como las realizadas en el pabellón Sueño de Venus (Exposición Universal de Nueva York, 1939), son un claro ejemplo de colaboración. La exposición del MNAC trasmite a la perfección esta realidad a través de retratos y cortometrajes. En los mismos cuadros de Dalí la modelo trasciende la función de posar, es la que propone el tema, la que trasmite al pincel figuras oníricas, imposibles, cargadas de sentido. De los sueños de ella nacieron maravillas surrealistas como esta:

Salvador Dalí. Un segundo antes del despertar de un sueño provocado por el vuelo de una abeja alrededor de una granada, c. 1944. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid. © Salvador Dalí, Fundació Gala-Salvador Dalí, VEGAP, Barcelona, 2018.
El pincel de Salvador tenía una guía. Es ingenuo pensar que esta fuera una mera modelo; el mismo Dalí la reconocía como colaboradora en muchas de sus creaciones. Tanto Éluard como Dalí se hicieron grandes con el impulso de Gala, que sabía moverse en los ambientes artísticos, de Hollywood a las galerías parisinas, y se manejaba con inteligencia en el negocio. Del Vogue a Púbol, todo en ella era Arte, en la performance de la vida, su triunfo es innegable, aunque haya quedado hasta ahora a la sombra de sus compañeros. Quizás este segundo plano se debió únicamente a una decisión personal, quizás la época y su condición de mujer le negaron mayor relevancia. No obstante, Chadwick defendía que era una mujer «que siempre supo lo que quería». Lo cierto es que Púbol era territorio sagrado. Su habitación propia.
El MNAC reúne en su exposición gran cantidad de material fotográfico, documental y pictórico sobre esta mujer enigmática. Una magnífica combinación de sus múltiples facetas en la que es protagonista absoluta.
El museo también ha organizado actividades originales como juegos de pistas y juegos en vivo en la «Nit Gala». Imprescindible.
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