Una nueva aventura literaria de Verum Fictio
Han pasado casi tres años de la presentación del primer libro conjunto del colectivo de escritoras y escritores Verum Fictio. En aquella ocasión se trataba de catorce relatos inspirados en el chocolate, unidos bajo el título de Xocolata espessa (Editorial Gregal). Recuerdo que el día en que firmamos el contrato editorial aprovechamos para pasear por el precioso pueblo de Tossa de Mar. El castillo, la playa desierta, el mar plácido e inabarcable, supimos entonces cual sería el tema de nuestra próxima colaboración. Desde esa mañana de invierno han pasado muchas cosas que han cambiado bruscamente nuestras vidas, incluso una pandemia mundial. Los relatos de Oceà de contes han tenido que vérselas con el cierre de la editorial con la que publicábamos, con pérdidas personales, un confinamiento… pero finalmente ha dejado de ir a la deriva para alcanzar un buen puerto de la mano de Terra Ignota Ediciones y Jordi Sierra i Fabra, autor del prólogo.
El mar, siempre el mar
Como se puede leer en la contraportada del libro, en Oceà de contes, diez de las autoras y los autores del colectivo Verum Fictio toman como referencia el mar para hablar de la ambición que lleva al crimen, de la especulación inmobiliaria, la migración o la búsqueda de uno mismo en los demás. El mar adopta diferentes formas, entre ellas la de dios primigenio, a veces benefactor e idílico, otras vengativo, terrible, seductor y justiciero. Los océanos son la esencia del viaje, el misterio, la poesía, el descubrimiento. Lugar de cruceros de lujo donde se planean asesinatos, hogar de galeones hundidos; medio por donde navegan barcos fantasma y se transportan cargas insólitas; hábitat de sirenas, no siempre como las imaginamos; medio para conseguir una vida mejor; fuente de inspiración artística, de pesca y tradición. Sobrenatural, místico, origen de todo como creían los antiguos egipcios, oportunidad de futuro de la Tierra: sin él, sin el mar, no puede existir el resto de nuestro mundo.
Marc Pascual Miret, autor de la introducción de Oceà de contes con su «Mirada del navegant», describe cómo su lectura en tierra firme le hacía revivir las travesías oceánicas a bordo del Tamata.
Las historias sobre gente que vive del mar, que muere por el mar, que ama el mar, que es juzgada por el mar, o que incluso forma parte del mar son el medio por el fluye y se impone la insondable presencia de aquel al que las civilizaciones antiguas personificaron, veneraron y temieron a partes iguales. Y citando textualmente a Marc Pascual Miret al referirse a los relatos:
Cadascun d’ells ens explica una història ben diferent de com el mar ens imposa el seu caràcter, de vegades de mica en mica i dolçament, de vegades amb tota la seva força indomable; però sempre, sempre, el mar s’acaba imposant.
Los cuentos y relatos
Al igual que con Xocolata espessa, cada relato del libro solo ha seguido la pauta de centrarse en el mar como tema principal. De esta forma, cada participante en la antología se ha dejado llevar por su inspiración, por el género literario preferido y por su estilo propio. El libro arriesga también con la propuesta de una obra bilingüe, algo poco usual. Una vez reunidos los diferentes escritos es cuando encontramos la conexión natural entre ellos y las temáticas principales.
Siguiendo esta premisa, los relatos podrían agruparse en:
- El mar como fuerza primigenia, la que se impone al hombre, ya sea de manera realista en «Llàgrimes salades» (Montserrat Vilarmau) o fantástica en «El pueblo tras la bruma» (Isabel Egea Mompeán).
- Metáfora del viaje, del que se busca a sí mismo como en
«Bajo las mismas estrellas» (Lola Toledano), del que busca una vida mejor, en el caso de los personajes de «Relats de mar» (Maria Carme Nogués) y «Un viaje de ida y vuelta» (Alberto Fco. Martín Carmona) o incluso en el plano metafísico propuesto en «Inescrutable oceà celestial» (Feliu Torrents). - El mar relacionado con el amor y la pasión:
«El navegant i l’escull» (Feliu Torrents), «La cita» (Lola toledano) o
«Amor, seré al fons del mar» (Imma Cortina). - El mar como medio para el contrabando y el crimen, tal y como ocurre en «Creuer mortal» (Salvador Casas) o «El cargamento de Ostende» (Isabel Egea Mompeán).
- Las personificaciones insólitas y sus aventuras como las de la nao Victoria («Victoria» de C.D. Casino) y las de una entrañable hacdosò llamada Goccia (Maria Carme Nogués) o la maravillosa inmersión en el caribeño hogar de «Jaco, casi un pez» (Eva Gavilán).
Existe también un hilo conductor de los relatos ligado a la crítica social y al ecologismo. Por ejemplo, en «Sempre el mar» (Imma Cortina), una anciana marginal utiliza el arte como expresión de vida y muerte. En «Sirenario» (Isabel Egea Mompeán), un ser mítico nos hace partícipes de la opinión de los habitantes oceánicos sobre el uso que hacemos de los mares.
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Oceà de contes en el Museu Marítim de Barcelona
Una obra basada en el mar no podía presentarse en mejor lugar que el Museu Marítim de Barcelona. El museo está ubicado en el edificio de las Drassanes Reials (Atarazanas Reales), cuya primera estructura data de mediados del siglo XIII. La presentación tuvo lugar en el mismo espacio en el que desde el reinado de Pere el Gran se construían las galeras de guerra. Esto fue posible gracias a Enric Garcia, director del Museo, Rosa Busquets, bibliotecaria de la la institución, Elisenda Joan, responsable de reservas, Isabel Díaz y el resto del departamento de Comunicación y los compañeros y compañeras de atención al público del museo.
Al finalizar la presentación sorteamos un par de navegaciones para dos personas en pailebote Santa Eulàlia, velero de 1918 perteneciente a la colección de naves del museo.
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